Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

sábado, 29 de junio de 2013

Diario del estío (II)





Pisum sativum

Último sábado de junio
Esta mañana, a eso de las diez, ya teníamos 27º C de temperatura. Hoy nos ha pegado bien el calor y el sol ha lucido inmisericorde, desde temprano hasta hace poco, que ha empezado a bajar el lomo tras la sierras de Gredos, al oeste.
Al entrar al horno de pan me ha pegado el fogonazo de calor en toda la jeta. La panadera, que hoy estaba más puesta de lo normal y con el ojo pintado, me ha dicho que la temperatura se debía a que estaba haciendo magdalenas. He pedido una de picos y otra rústica y me he largado a cien por hora. Allí no había quien aguantara.
Cuatro compras más para la semana y vuelta a casa a preparar el menú del día. Hoy ha tocado dieta proteica, mineral y vitamínica  exclusivamente vegetal. Un gazpacho fresquito, muy fácil de hacer y recomendable para estar hidratado y alimentarse. Casi un kilo de tomate maduro, dos pepinos medianos, medio pimiento, dos o tres dientes de ajo, aceite de oliva, vinagre, sal y 750 cl. de agua, todo bien triturado y frío. Entra por el gaznate ligero, llenándolo todo de sabor ácido con el toque picante rabioso del ajo. Después guisantes salteados. Las últimas arvejas las recogí ayer, muy tardías, por el tiempo frío que ha hecho y la siembra retrasada. Te das dos palizas, una para recogerlas, tienes que ir doblado, mata por mata, arrancando las vainas llenas, procurando no lastimar la planta que sigue en producción, y luego pelarlas, una por una, de forma manual. Todo un entretenimiento paciente.
A medio día chapuzón y algo de ejercicio en la piscina municipal, aprovechando que a esas horas todavía no hay mucha gente, y puedes nadar sin estorbar ni que te molesten. El agua fría de los primeros días de temporada ya empieza a caldearse, y el vaso va cogiendo temperatura que se nota poco a poco.
Después dos o tres refrigerios con los amigos en la terraza. Un rato de charla e intercambio de sucesos y anécdotas, y cada mochuelo a su olivo. Comida, siesta reparadora con todo bien cerrado y casi en la penumbra, y a eso de la seis, otra vez a mover el esqueleto, aprovechando la caída de la tarde y la bajada de la temperatura. Tengo un colega que dice que en esta época hasta las ranas llevan cantimplora. Me parto con las ocurrencias de Fran. 
Hoy el santoral celebra a Pedro y Pablo, mis dos hermanos. Lo recuerdo seguramente porque hace un rato ha pasado la orquesta del chunda-chunda celebrando a uno de los patronos del pueblo, San Pedro. No creo nada en estas cosas, tampoco en las onomásticas y celebraciones, así que paso de llamar a nadie para darle la vara por ello. 
Mañana voy a Madrid, si se me ocurre algo por el camino os lo contaré. Si estoy de sequía, dedicare el post del domingo a narrar parte de la historia y vivencias de uno de los nuestros, el tío Chorriles. No te lo pierdas.