Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

lunes, 30 de marzo de 2009

Mosquito

Mosquito, ilustración de Roger Olmos



Margarita del Mazo



Es el título del primer libro de cuentos de Margarita del Mazo. En él nos narra la historia de un –y a la imagen me remito-, feo y desagradable insecto chupador, que va por el mundo degustando y olfateando sabores y aromas, como si se tratara de un exquisito catador.

Nuestra amiga y entrañable Marga, que ahora se estrena como escritora, gusta merodear desde hace años por este mundillo de los libros y las librerías, las historias y los relatos, su escenificación -la “contada”- ante gentes variopintas. El mérito de saber comunicar y llegar al público captando su atención, estimulando sus emociones, es un trabajo de aprendizaje, de práctica, de mejora, de autocontrol, y un reto continuo de superación.

Por propia diversión empezó contando cuentos para niños y así quedó prendada y nos arrastró a todos –chicos y grandes-, a un mundo de sueños, ilusiones, a veces intrigas, aventuras, diversión, suspense, tal vez miedo, risas, sobresalto…, ¡quién sabe qué sorpresas nuevas nos tiene preparadas!

Marga dice que siempre se ha sentido afortunada por la gente que ha encontrado en el camino. Y prueba de su gran corazón, su mejor carta de presentación, es que desde el principio da las gracias: A los que se ha ido encontrando (¡Hola! ¿Qué tal estás?); a los que se han colado en su vida (¡qué gran fortuna!); a los que le han permitido formar parte de la suya (¡faltaba más!); a los que han pasado y se han quedado (¡no saben nada!); incluso a los que han pasado de largo sin más (¡allá ellos!), porque piensa que sin la gente y su apoyo, sin su mirada -unas veces condescendiente, otras crítica, también tierna-, no habría llegado al lugar donde está.

Ella sabe que aún le queda mucho por recorrer y contar, que sólo acaba de empezar, porque este Mosquito, malo, malísimo, medio insecto, medio máquina, de mandíbulas de acero y gordinflón, peludo y patilargo (¡ya podrás con el pobre bicho!) que empieza a darnos la tabarra con su incesante y agudo zumbido Bzz Bzz Bzz, es sólo el principio de otras historias que nos sorprenderán y harán pasar mejores ratos.

Mosquito está ilustrado por el dibujante catalán Roger Olmos y publicado por OQO ediciones. Se presenta en sociedad el sábado 25 de abril a las 19´00 horas en la Librería Muga de Madrid

¡Enhorabuena Marga!

viernes, 27 de marzo de 2009

La crisis según Albert Einstein


No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo.

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.

Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque en crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Albert Einstein



jueves, 26 de marzo de 2009

Mitos y verdades en el consumo de frutas y hortalizas


La cada vez mayor preocupación por la salud y el culto al cuerpo hace que en muchas ocasiones, nos dejemos guiar por consejos de terceros que en algunos casos nos resultan de gran utilidad, pero que en otros, están plagados de falsedades.

Y es que muchos de los hábitos alimenticios que tenemos proceden de la tradición oral trasmitida en forma de consejos que han ido pasando de generación en generación o como recomendaciones de supuestos expertos nutricionistas. En gran parte de los casos esta información que recibimos carece de base científica o procede de fuentes poco fiables, por lo que es importante poner al descubierto estos mitos que condicionan nuestros hábitos alimenticios.

“La fruta como postre engorda”

No existe ninguna razón científica que sustente esta afirmación. Por el contrario, sí es cierto, que si una persona toma una o dos raciones de fruta antes de la comida, tenderá a comer menos después. De ahí a afirmar que engorda hay mucho camino que algunos se han encargado de recorrer.

“Las frutas ácidas adelgazan”

Premisa a tener en cuenta con todos los alimentos: ninguno engorda y tampoco los hay que adelgacen. Es una cuestión de equilibrio: lo ingerido y lo gastado. Es cierto que existen alimentos muy ricos en energía y otros no, en este último están todas las frutas, que aunque las haya más o menos dulces o ácidas, son muy bajas en calorías, y para perder peso y estar sanos…valen las dos.

“Las fresas son afrodisíacas”

Su forma, color, brillo, textura, momentos asociados, en fin… muchas razones podrían avalar esta afirmación… pero la ciencia, de momento, no ha encontrado ninguna asociación con esta aseveración.

“Las naranjas, zanahorias y melocotones son alimentos bronceadores”

No es una casualidad que todos sean de color anaranjado… En efecto, su color se debe a los betacarotenos, una familia de compuestos activos con gran poder antioxidante, que no broncean…, pero sí protegen las células de la piel de las dañinas radiaciones solares. Por eso, no sólo hay que tomar frutas coloreadas para proteger nuestra piel, sino que además, debemos tomar otras medidas físicas.

“La sandía y el melón son desaconsejable para los diabéticos”

La diabetes responde a la alteración de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre, y por lo tanto, deben controlarse las cantidades y los tipos de alimentos que contengan hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, patatas, frutas, bebidas, etc.), ya que pueden acarrear subidas importantes de la glucemia (nivel de glucosa en sangre) y tener efectos negativos. Es cierto que las frutas tienen azúcar, pero en su mayoría, en forma de fructosa que no tiene un efecto tan directo sobre la glucemia. A tener en cuenta que más importante que la variedad de fruta (podrían incluirse otras, como los higos, el plátano o las uvas), es la cantidad que se tome y el momento en el que se ingieran.

Es recomendable tomar al menos tres raciones de frutas al día, o variadas, o en porciones de tamaño medio o pequeño, de postre o acompañando a otros alimentos, y mejor enteras que en zumos.

“Comer la fruta con piel es más nutritivo”

Una parte de la fibra y muchas sustancias activas se encuentran en mayor proporción en la piel de las frutas, especialmente las que tienen colores vivos, pero también están en la pulpa. Por ejemplo, la piel de la naranja es muy rica en vitamina C y aceites esenciales, pero la pulpa es más rica. Otras como la manzana o las ciruelas pierden parte de sus propiedades al pelarlas, pero en su interior aún contienen importantísimas cantidades de nutrientes. Por eso, con piel o sin piel, pero fruta cada día.

Es muy importante que si se prefiere comer la fruta con piel, se lave adecuadamente para eliminar restos de sustancias diversas.

“Las verduras pierden sus propiedades si se congelan”

Comer verduras congeladas es una buena forma de tomar verduras de “temporada”. La congelación requiere un escaldado previo que elimina las sustancias que pueden afectar negativamente a las verduras durante la congelación. Es cierto que su textura y color se ven afectadas, pero no así su valor nutritivo que se mantiene prácticamente igual a las frescas.

“Las hortalizas crudas tienen más propiedades que las cocinadas”

De la amplia cantidad de sustancias presentes en las hortalizas, algunas de ellas son sensibles a las altas temperaturas, como la vitamina C, que se pierde casi en su totalidad. Sin embargo, muchas otras, como el licopeno, potente antioxidante presente en los vegetales rojos, aumenta su capacidad de ser absorbido cuando hacemos un sofrito, salteado o salsa.

No debemos olvidar que las verduras y hortalizas cocinadas se digieren mucho mejor que las crudas. Las verduras y hortalizas hervidas pierden parte de sus nutrientes en el agua de cocción, por lo que es muy importante adecuar la cantidad de agua o hacer cocciones al vapor.

“Las verduras pueden perder sus propiedades si las cueces más de la cuenta”

Así es, algunas vitaminas son sensibles al calor como la C, la niacina o el ácido fólico, por lo que las cocciones prolongadas reducen considerablemente su contenido.

“Comer melón por la noche resulta indigesto"
La afirmación viene avalada, incluso, por el refranero popular: el melón por la mañana oro, por la tarde plata y por la noche mata.

Seguro que quien lo dijo pasó una mala noche. En estos casos debemos considerar la tolerancia individual a los alimentos y no hacer caso de lo que puede “sentar mal” a otros. Pero sí es cierto que el melón y la sandía son frutas muy ricas en agua que “cuando se toman en exceso y en una sola toma” pueden diluir el ácido del estómago y dificultar la digestión.

Tomado de 5 al día




domingo, 22 de marzo de 2009

El triple filtro de Sócrates


Sócrates, Atenas (470 a.C. – 399 a.C.), uno de los más grandes filósofos griegos, fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

Un día un conocido le preguntó:

-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?

- Espera un momento, antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen, yo lo llamo el del triple filtro, -contestó Sócrates.

- ¿Triple filtro?, preguntó el interlocutor.

- Correcto –continuó Sócrates-, antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, por eso lo llamo examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?

- No -dijo el hombre-, realmente sólo escuché sobre eso y…

- Bien –dijo Sócrates-, entonces realmente no sabes si es cierto o no.

Siguió Sócrates:

- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el de la bondad, ¿es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, por el contrario…

- Entonces deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro que sea cierto. Pero aún podría escucharlo porque queda el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?

- No la verdad es que no.

- Bien –concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno ni útil ¿para qué quiero saberlo?

Posdata: ¿Si usáramos este triple filtro en nuestras relaciones y cada vez que escuchamos comentarios sobre alguna amistad o seres queridos evitaríamos así malos entendidos o comentarios sin fundamento? ¿Preservaríamos la amistad?

Más sobre Sócrates en http://es.wikipedia.org/wiki/Socrates

domingo, 15 de marzo de 2009

La loca


Una vez escuché un cuento, de esos que se van desparramando por la geografía del planeta y andan de un lado para otro sin irse, nunca, de ninguna parte. Tal vez el tiempo y el pasar de boca en boca hayan desdibujado su forma, pero la esencia ha quedado y estará allí, siempre, porque es un cuento demasiado canto como para desaparecer o desdibujarse por más que el hombre meta mano en él.

Habla de una mujer muy hermosa enamorada, perdidamente, de un caminante que un día acertó a pasar por su poblado y que enloqueció de amor cuando el hombre reanudó su peregrinar en busca de un destino que nadie conoció. Allí quedó la loca mendigando un pan, de puerta en puerta, hablando en un lenguaje incoherente y riendo, a veces, quién sabe si por un recuerdo bello o por algún dolor. El cuento dice que una noche la loca sintió que iba a ser madre. Estaba sola, en una cueva del cerro donde habitaba rodeada de perros y de sacos. Había una luna grande y la loca mirándola le dijo:

- "Mamá luna, dame un hijo que no muera nunca."

Y la luna, que también es mujer, la escuchó pero no le dio una guagua, la leyenda dice que esa noche la loca parió un canto y que es por esa razón que el canto del pueblo no va a morir jamás.

sábado, 14 de marzo de 2009

Por la lectura


Por José Luís Sampedro, escritor, economista y filósofo.

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus “clientes” éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a una bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente, el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña. ¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

http://www.noalprestamodepago.org/

viernes, 13 de marzo de 2009

¿De qué puedo escribir hoy?


La verdad es que de cualquier cosa… El asunto es proponérselo y manos a la obra. Llevo ya algunos días vagueando en lo que respecta a nuevas entradas en el blog, pero no estoy inactivo, ya que cada vez ocupo mayor tiempo de los días en quehaceres múltiples.

Sigo con mi programa de recuperación física y las sesiones semanales de natación y fisioterapia. Al principio -hace unos seis meses-, hacerme un largo de 25 metros era tarea dificultosa, ahora ya voy por los 30 (750 metros), en alrededor de 20 minutos, y parece que el cuerpo me pide más. Poco a poco. Algunos días salgo de la piscina mareado del relativo esfuerzo realizado. La ducha posterior me reconforta y durante algunas horas estoy como subido en una nube, en una situación placentera de relajación, que para mí la quisiera en el resto de la jornada.

Los días ya empiezan a alargarse, me gusta madrugar, en cuanto clarea me tiro de la cama. El buen tiempo que se ha instalado prematuramente en este fin del invierno te invita a la actividad, que si las plantas, que si el césped, que si un lavado de cara al patio, que si el huerto… Que alegría poder volver a sembrar, labrar, ver como crecen las habas, los ajos, los cebollinos, como las plántulas de lechuga y repollo aguantan el trasplante y pasan unos días críticos hasta que enraízan. Cómo los árboles inician un nuevo ciclo con el estallido de yemas y flores. Como verdean intensamente las cosechas y forrajes, como se va llenando el campo de colorido.

Tampoco descuido mi pelea contra la injusticia y la maraña burocrática de las administraciones, para los que somos simples números, cifras, expedientes anónimos. Reclamo la alta médica por considerarla indebida y precipitada, aún a pesar de haber agotado el plazo máximo de incapacidad temporal prevista por ley. ¡Cómo nos la han colocado los sindicatos aceptando esta modificación! Preveo como contestación el silencio y ya veré si luego me meto en pleitos con la Seguridad Social. Sigo con la batalla del timo y fraude continuo del ADSL de Telefónica. Expectante ante el recurso contra la Comunidad de Madrid por su voracidad recaudatoria.

Voy retomando los asuntos laborales con una perspectiva nueva. Desde mi casa me mantengo activo, empiezo a hacer pequeños viajes, a asistir a reuniones, a retomar contactos, poco a poco me voy subiendo a ese tren que siempre pasa. ¡Es el llamado tele trabajo!, y también la existencia de empresas socialmente responsables que te lo permiten. Otro gallo me cantaría si tuviera que trabajar en una cadena de montaje. ¡Sus muertos!

Los días se suceden, vas saliendo, encontrándote mejor y con más fuerzas. Pero a tu alrededor todo empeora, la gente está desarbolada, hundida, sin argumentos. ¡Qué peligro! No hay conciencia de que lo que tenemos encima es la gran cagada que ha generado el obsoleto sistema capitalista. Los bancos se llevan el dinero, -dicen- para sanear sus cuentas. A los de a pié, ni un duro, no hay crédito ni para familias, ni para negocios, ni para empresas en dificultades. ¿Quieren asfixiarnos?

No van a poder con nosotros, no nos van a arruinar más las vidas… Saldremos del olvido al que nos quieren llevar. Yo por de pronto sigo con los preparativos de la celebración múltiple con la que nos vamos a regalar familia, amigos y compañeros, por estar vivos, por seguir ahí, por aguantar, por querernos y porque nos da la gana.