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sábado, 6 de octubre de 2007

A disfrutar de la Naturaleza en otoño

Os comentaba hace unos días que todo hace prever que esta otoñada va a ser buena para la recolección silvestre de setas y hongos, asunto que confirma también desde Ciudad Real, mi buen amigo y colega Bienvenido Amorós, muy aficionado, además de a otros muy agradables placeres de la vida, a la micología. Me dice, y eso espero, que saldremos a por boletos, lepiotas, níscalos, amanitas, etc., que luego guisaremos y comeremos regadas con un buen vino. En lo primero y el yantar de acuerdo, aunque yo tendré que regar con agua, pues el alcohol lo tengo vetado durante el tratamiento.

Por lo que conozco de la mitad occidental de la provincia de Toledo, digamos aguas abajo del río Tajo desde Toledo capital, hay muy buenos parajes naturales para la práctica micológica, actividad por otro lado, no muy extendida y limitada a grupos de expertos y aficionados organizados en Talavera de la Reina, que celebran algunos años Jornadas de recolección, identificación y degustación en la Sierra de San Vicente. Un saludo desde aquí para Fernando Cámara, artífice de esta actividad y coautor de un interesante manual titulado Las Setas de Castilla-La Mancha, setas de otoño y primavera (2005). También me consta que en la zona de La Jara, y dependiendo de la bonanza de los años, hay una cierta actividad económica en torno al niscalo, la especie más buscada y recolectada.

En nuestra zona de vega, en arboledas, pinares y bosque mediterráneo, bajo encinares y alcornocales, fructifican una quincena de especies de interés culinario (amanita cesárea, colmenillas, las distintas especies de boletos comestibles, las lepistas de pié azul y violeta, el champiñón silvestre, la seta de cardo, etc.).

Algunos consejos

Es necesario recordar que la práctica de la micología entraña riesgos que no hay que olvidar y compromisos que respetar. Los primeros, que existen especies tóxicas y venenosas, que son fácilmente identificables y desechables. Los segundos, conocer que las setas juegan un papel fundamental en los ecosistemas, descomponiendo sustancias que son asimiladas por otros organismos, y que con su labor cierran el ciclo de la materia orgánica y permiten la vida en el bosque.

La recolección de setas, si se practica de forma agresiva y sin tener en cuenta una serie de recomendaciones, puede resultar muy perjudicial para el medio ambiente. Debe saberse que sólo deben utilizarse navajas o cuchillos de hoja corta para cortar los ejemplares adultos siempre desde la base. No se deben utilizar herramientas que escarben el terreno, como ganchos, azadas u hoces, evitando remover el terreno para que el suelo permanezca intacto.

Importantísimo que en el transporte de las setas recolectadas se empleen cestas de mimbre que favorecen la dispersión de las esporas por el suelo del monte y garantizan una buena campaña el año siguiente. Las bolsas y cubos de plástico impiden esta dispersión. También hay que respetar los ejemplares pequeños y no se deben destruir las setas que no se conozcan.