Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia

Si vienes con un problema y no traes la solución, tu eres parte del problema

lunes, 29 de octubre de 2007

Mi pasión por el Allium sativum


Hace ya casi quince años, por motivos laborales, tuve que desplazarme a Las Pedroñeras en Cuenca, la que llaman capital mundial del ajo, por la cantidad de ellos que se producen y por la importante actividad económica que representa su cultivo en la localidad y en el resto de la comarca.
Ese día caluroso de finales de agosto, por la tarde, en una de las plazas del pueblo, había convocada una manifestación de agricultores contra la invasión de ajos chinos de los mercados, importados a precios muy inferiores a los costes de producción y puesta en el mercado de nuestra producción local, asunto que estaba produciendo importantes pérdidas, y que en años posteriores, hasta que se pudo corregir, supuso el abandono y la salida de la actividad de numerosas familias.
Una pancarta que portaban agricultores de la cooperativa de Balazote (Albacete) me llamó la atención, decía: “Felipe, mandarino, te vas a comer el ajo chino”, en referencia al presidente del gobierno. Para mí, hasta entonces, aparte del agrado por el sabor fuerte y picante del ajo, y de que las chuletillas de cordero no saben igual si no llevan unos ajitos morados de Las Pedroñeras, y que estamos ante un condimento ancestral, con múltiples aplicaciones medicinales y farmacéuticas, era todo lo que sabía de él.
A partir de ahí, y durante todos estos años, he dedicado muchas horas, viajes, reuniones, gestiones, visitas, etc. al sector del ajo, a conocer a sus gentes, a aprender. Puedo decir que los pueblos que viven del ajo y para el ajo, que son muchos en Castilla-La Mancha, tienen algo diferente, huelen distintos y sus gentes portan la impronta de ser ajeros, cultivadores de un producto característico y singular.
De los trabajos en los que he podido colaborar con empresas y profesionales del sector estoy particularmente orgulloso de algunos que siempre recordaré. El primero de ellos, la consecución para el sector comunitario de una regulación de las importaciones originarias de terceros países y del establecimiento de un arancel protector. Durante muchos meses se logró que en los pasillos de la gris y fea Bruselas se hablara del ajo, y que los prebostes comunitarios tomaran decisiones a favor de los productores españoles y franceses.
Satisfecho de haber elaborado, junto a otros técnicos, el documento de solicitud de lo que hoy es, aunque pese a algunos, la Indicación Geográfica Protegida Ajo Morado de Las Pedroñeras, un signo de calidad y diferenciador, de rango comunitario, que diferencia y protege en el mercado exclusivamente a aquellos productos únicos.
Emocionado, ya que cuando todo el mundo decía que los problemas de las importaciones habían pasado y nosotros veíamos que no, se demostró ante la Oficina de Lucha contra el Fraude comunitaria, que determinadas personas directamente relacionadas con la familia del rey alauíta estaban implicadas en operaciones de desvío de tráfico de ajo desde China vía Marruecos a la Unión Europea.
Desternillado de la risa cuando a la cantante Victoria Adams, esposa del futbolista David Beckham, se le ocurrió decir a su llegada a nuestro país, de forma despectiva que España “huele a ajo”, lo que fue aprovechado para obsequiarla con unas cajitas de ajos morados de Las Pedroñeras, que la noticia diera la vuelta al mundo y mostrarla que hablar del olor del ajo no significa hablar de un mal olor, sino de un aroma penetrante, rico y característico, indispensable en la gastronomía española.
Finalizo este comentario con un apunte del que se han hecho eco los medios de comunicación en los últimos días, que amplía los numerosos descubrimientos y aplicaciones médicas del ajo en el combate de variadas enfermedades. Un equipo de investigadores de la Universidad de Alabama, en Birmingham (EE.UU.) ha revelado qué comer ajo es bueno para el corazón. La clave está en el principal compuesto sulfuroso del ajo, la alicina, sustancia con la que reaccionan los glóbulos rojos de la sangre, produciendo el sulfido de hidrógeno, que en bajas concentraciones, relaja los vasos sanguíneos y hace que la sangre fluya con facilidad. Además la alicina, dentro de las arterias y las venas, estimula las células que conforman la membrana para que se relajen y se dilaten.
Como consecuencia, se reduce la presión de la sangre, lo que permite que las células transporten más oxígeno a los órganos vitales, y se reduce la presión sobre el corazón.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Como las grullas buscan el sur...


Desde hace unos días, y hasta principios de noviembre, enormes bandos de grullas, a gran altura y formando una V, con el cuello estirado y con un «kru-kru-kru» incesante, surcan a la caída de la tarde el cielo en dirección sudoeste. Están efectuando su migración anual invariable desde el norte de Europa hacia España y el norte de África.
Gran parte de ellas invernarán en las dehesas extremeñas hasta el mes de marzo en el que vuelven a recorrer el mismo trayecto, esta vez en busca de las zonas de cría del norte europeo en un paseo prenupcial.
Aquí encuentran encinares, rastrojeras de cereales y barbechos, que les proporcionan alimento y zonas de descanso. La vida de las grullas es un constante ir y venir en busca de mejores condiciones para encontrar alimento y reproducirse.
Hoy en el hospital, en un día plomizo y luego lluvioso, en la interminable espera entre la analítica y la probable sesión de quimio, un comentario hecho por una pareja de ancianos sobre las grullas que se comen las bellotas, me ha llevado a reflexionar que la vida de los humanos se parece en algo a las de estas aves. Huimos de lo malo, buscamos continuamente la mejora y el bienestar. En mi actual situación me tengo que aferrar a ideas de este tipo, porque yo ahora estoy buscando, al igual que las grullas, el sur reparador.
He de deciros lectores-as y colaboradores-as del blog que hay días como hoy que no tengo ganas de nada y menos de escribir. Pero que algo tan insignificante como el comentario sobre las grullas, me ha dado alas -nunca mejor dicho-, para hacerlo e intentar adaptarme con espíritu positivo a la mala semana y próxima que me espera. Hoy finalmente he recibido la primera parte de la tercera sesión, mañana el remate. Durante el resto de la semana atracón de pastillas, las inyecciones para subir los leucocitos –las defensas-, que están muy bajas, y el sábado, ¡ah el sábado ¡, la maldita inyección semanal de la hepatitis que si normalmente me deja durante un par de días fuera de combate, ahora unido al cóctel de la quimio y resto de tratamiento, puede ser demoledora. Todo sea por la causa de vencer a este bicho inoportuno.
Mañana a primera hora volveré al hospital de día. Me juntaré con otros pacientes, muchos –nunca pensé que fueran tantos-, que como yo sufren diferentes enfermedades hematológico-oncológicas. Haré de tripas corazón cuando la enfermera de turno se líe con la aguja a localizarme una vena de la que poder extraer sangre y luego instalar la vía del tratamiento. Me tienen crucificado. No las encuentran, se rompen cuando las tienen, me provocan derrames, me hacen daño… Me río de los derechos del paciente que cuelgan por las paredes del hospital.
Mañana cuando entre en el hospital me acordaré de las grullas, y de que mal que me pese, es el sur reparador que me ayudará a pasar el invierno y seguramente afrontar la primavera en otra situación distinta a la que tengo ahora.
La naturaleza y la plástica de las grullas engancha. Os recomiendo esta web para aumentar conocimientos sobre el tema:
Jose-Elías Rodríguez
www.fotonatura.org/miembros/ficha.php?id_usuario=37

sábado, 20 de octubre de 2007

Las encinas, las urracas, un pueblo y algunas cosas más


Las encinas son árboles en retroceso, en peligro de extinción. De ellas se obtienen las bellotas, alimento natural del ganado porcino criado en la dehesa. Se dice que antiguamente la península Ibérica era un espeso bosque poblado por éstos árboles y otras especies, pudiendo una ardilla recorrerla saltando sobre las copas y ramas del arbolado. Lo que es ahora, no.

Por otro lado, sin tener nada que ver con la anterior o a lo mejor sí, eso nunca se sabe, tenemos a las urracas, pájaro de tamaño medio, de larga cola y afilado pico, plumaje albinegro. Depredador y carroñero, chorizo de los campos y frutos. Osadas y asustadizas.

También tenemos liebres y conejos, que cuando pueden y las dejan, saltan y corren por los campos y caminos. Y arriba, muy arriba, ojo avizor en el ancho y espacioso cielo, la cigüeña da amplios giros con sus majestuosas alas. A lo lejos, la sierra cubierta con un mantillo de nieve primaveral. Y aquí sobre el suelo, al pie del tajo, nosotros, viendo la tarde llegar, con el sol cayendo sobre nuestras costillas, sudorosos, jadeantes y con pocas ganas ya de trabajar. Así un día y otro, con la única ilusión que llegue la cobranza. A nuestro alrededor el autoritarismo, la envidia, el peloteo, la ignorancia, el conformismo, el rencor se dan la mano y saludan en un guiño paranoico.

Para unos que se trabaje a ritmo lento no está bien, para otros hacer las cosas bien y en su justa medida está peor. Esto no hay quien lo entienda. Lo importante que vayan pasando los días y sumando jornales.

Y ese río que no es río ni es nada, cloaca de todos los pueblos por donde pasa, con sus aguas turbias y sucias, y el puente sobre él, ¡hay Carmela!, que los rojos tiraron y ahora se ha vuelto a tambalear por el peso de las rodadas.

Y tú, él, ella, aquel y aquella, y la de más allá, y esa esquina desgastada por el cuchicheo, las miradas furtivas y las que no lo son tanto, sino más descaradas. Y te dicen: ¡pero que apretado estás!, y tú no entiendes nada. Pasas o haces por pasar, pero ¡que va!, algo te carcome las entrañas y sacas fuerzas de donde no las hay y piensas que hay que seguir adelante, tienes que conseguir lo que te propusiste. Y vuelves a mirar a tu alrededor en busca de una mirada de aliento, una palabra de apoyo y no encuentras nada. Piensas que es más difícil encontrar una aguja en un pajar, pero con el tiempo hallaras lo que te ayude a seguir.

Ves una cortina moverse, te sientes vigilado, a tu paso, dos, tres, cuatro cabezas se mueven y murmuran. Y aquel otro que tú conoces, dicen que le gustan los tíos y tú sabes que no es así, y el también lo sabe. Su corta edad soporta estoicamente todos los comentarios. Seguramente llorará de rabia e impotencia, en el fondo le gusta porque es así de masoca. Provoca y todos y todas le llevarán a lo que el no quería. Así es este pueblo de brumas, pobre de espíritu, sin ideas salvo los más avezados. Sumergido en el quehacer cotidiano y rutinario. Algo fuera de lo normal, de la pauta establecida, es estridente y acaba en el fracaso.
Pueblo de emigrantes y feudo señorial, los que quedaron siguen anclados en el pasado aunque tengan tele en color. Los que se fueron y vuelven, traen nueva savia, nuevos aires y ademanes de fin de semana. Rezuman asfalto por sus poros. Mi pueblo, el pueblo que yo quiero no es así ¿a que no?.

Escrito hace más de veinte años.

viernes, 19 de octubre de 2007

Bufo bufo


De las seis especies de sapos existentes por estos lares, sólo el sapo común (Bufo bufo) recibe un nombre vernáculo -muy extendido- "el escuerzo". Se le supone venenoso, peligroso, que escupe y ciega, envenena las fuentes, produce la caída del pelo o lo vuelve rubio. Creencias todas ellas falsas ya que lo que puede hacer el sapo, además de un gran beneficio por el gran número de insectos que captura con su lengua retráctil, es expulsar orina cuando se le captura y segregar veneno por la piel (que sólo produce escozor en caso de llegar a los ojos o boca). Este mecanismo es muy común en los anfibios y les evita ser comidos por algunos animales.

También hay personas que creen que "hacen el agua buena" o sencillamente que son beneficiosos. Otros nombres que reciben son "rola" y "aguilorio". Aunque muchas personas reconocen el gran valor de estos animales y los protegen, la inmensa mayoría los considera sencillamente "asquerosos". Para intentar modificar esta percepción deberíamos recordar que la belleza y la fealdad, el aprecio y desprecio, el miedo o el asco se aprenden.

Nuestro sapo, el de la imagen, en un bicho espectacular. Vive con nosotros desde hace ya bastantes años, desde que lo trajo del campo Marcos, está perfectamente "integrado" en la familia-peña y ella con él. Mantiene a raya todos los insectos del patio-jardín. Tal es su control y "poderío" que no usamos ningún tipo de producto para las plagas de la primavera y el verano.

jueves, 18 de octubre de 2007

Lo manchego y los políticos


Veintitrés años en tierras toledanas, del bolo, como gusta decirse por aquí, a orillas del río Tajo, en el extremo noroeste de lo que se llama Castilla-La Mancha, casi en la raya con el Campo Arañuelo cacereño, la Sierra de San Vicente y las estribaciones de la de Gredos, la provincia de Ávila

Conociendo como conozco la región, que la he corrido de norte a sur y de este a oeste, tengo que afirmar que salvo en su centro geográfico que es la comarca Mancha que abarca parte de las provincias de Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, el resto tiene pocos elementos unificadores e integradores que la hagan valedora en su totalidad del apelativo manchego.

Las gentes, las costumbres, los paisajes, los acentos, las tradiciones, etc. de las tierras de Talavera, la Serranía conquense, las dos Alcarrias y Manchuelas, las sierras de Albacete, el Campo de Montiel, el Valle de Alcudia… tienen, a mi entender, poco que ver con lo “manchego”, lo entrecomillo adrede, porque no se tampoco lo que es ser manchego, más allá del famoso diccionario tomellosero o de ese otro documento que circula por Internet llamado “orgullo de ser manchego”.

Cuento todo esto para que la siguiente afirmación que voy a hacer no resulte del todo temeraria, pero es que siempre me ha parecido que esto de Castilla-La Mancha es un ajuste apurado de la España democrática y constitucional, igual que lo de la monarquía borbónica, que comentaré en otro momento.

Esta región es un mosaico rico y variado, que en ocasiones encaja con dificultad, y que en otras, es incapaz, con sus mediocres políticos y funcionarios burócratas al frente, de ponerse de acuerdo en intereses fundamentales y estratégicos para su propia economía, desarrollo y el bienestar de sus gentes. Dos botones de muestra recientes de lo que digo: la errática y desacertada defensa de la viticultura, importante sector económico agroalimentario, también generador de empleo y sostén de muchos pueblos, amenazado por los planes de ajuste europeos; y la demagógica y vergonzosa defensa de los recursos hídricos y contra la política de trasvases, que ha sido en los últimos años estandarte de los altos cargos del gobierno y representantes políticos.

Es verdad que la región ha cambiado mucho en las últimas dos décadas para bien, se ha modernizado, se han mejorado las vías y comunicaciones terrestres, con la salvedad del ferrocarril; han avanzado las dotaciones y servicios sanitarios, educativos, sociales; tenemos en general un mejor nivel de vida; nuestros mayores están mejor atendidos… Pero no es oro todo lo que reluce. La mayor parte de la población vive en zonas rurales, algunas muy alejadas de los grandes núcleos de población, con un notable envejecimiento y con densidades muy bajas de habitantes por kilómetro cuadrado, que las sitúan en lo que se denomina desierto humano. Con una agricultura y ganadería en crisis y declive constante, que hace que los profesionales que aún mantienen la actividad, haya que considerarlos verdaderos héroes resistentes.

En los pueblos de menos de cinco mil habitantes vivimos relativamente bien los que lo hacemos y tenemos actividad laboral tanto dentro como fuera, pero no tenemos los mismos derechos que los urbanitas. Son pequeños detalles, que pasan desapercibidos muchas veces, pero que calan y hacen mella: el centro de salud más cercano a seis kilómetros, el hospital a treinta, el instituto de enseñanza secundaria a seis, la velocidad de conexión a Internet a un mega, el transporte interurbano por carretera a cuentagotas, los jóvenes muertos de asco, sin alternativas de ocio y diversión…

De todo esto tienen la culpa los que antes he llamado políticos mediocres, dentro de los que meto a muchos alcaldes, diputados provinciales y a los otros. Son los responsables de que Castilla-La Mancha sea la Comunidad con el mayor déficit democrático de todo el Estado (necesitamos casi cuarenta mil votos para obtener un escaño, cuando la media nacional es de veintitrés mil; tenemos las Cortes con menos escaños, sólo superadas por las comunidades uniprovinciales); responsables de que se vulnere el derecho a la igualdad recogido en la Declaración Universal de 1948, ya que los votos a los partidos mayoritarios (PSOE y PP) tienen más valor que el de otras opciones políticas; responsables de que las Cortes estén sometidas al control del Gobierno, cuando debería ser al contrario. Responsables de representar a la única Cámara regional donde sólo hay dos partidos presentes, que con sus pactos de silencio, impiden que asuntos de interés general salgan a la luz y se conozcan. Son los representantes de la propaganda continua, de la autocomplacencia, del conservadurismo y de la tontería que nos invade -¡qué decir de la rancia cadena de radio y televisión regional al más puro estilo franquista!-. Por ello los ciudadanos y ciudadanas que tenemos voto pero no les votamos, queremos que nuestra voz esté representada, y por ello exigimos, la reforma de la injusta y antidemocrática Ley Electoral que tenemos.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Hoy he estado cabreado

Cabreado conmigo, con mi familia, con todo el mundo. ¿Razones?. No las sé. Se empieza a calentar el día desde bien temprano, por este o aquel comentario, por determinado gesto, porque has decidido que hoy tocaba salir del pueblo e ir de recados. ¡No sabes en que fregado te has metido!. Porque te soplan casi quince euros por trescientas fotocopias, a 0,05 la unidad, más de ocho de las antiguas pesetas. Por el numerito y la cola de Correos para franquear unas cartas. Por el tío de la madera al que le pides un tablero macizo de unas determinas medidas para cubrir la estantería de los libros, y el te dice que lo mínimo son no se cuantos metros cuadrados que cuestan más de cien euros. Porque me vacila cuando le digo si le aprobaron el carne de conducir conduciendo con una mano, y me dice que no, que es un rollo ir con las dos al volante. Y ya de vuelta a casa, cuando viene el del Instituto, por esas cosas de la mala química que a veces tenemos que nos hace acabar a voces.

Por la sórdida tarde que he tenido, reconcomiéndome en el cabreo y sin poder desahogarme con nadie. Mira que me cuesta soltar la basura. Luego me doy un paseo hasta el taller, me relajo algo, pero noto que en el escaso kilómetro que hay de distancia, me canso, me pesan los pies, me cuesta andar. Saludo por el camino a varias personas con desgana, a una de ellas con todo el fundamento del mundo si lo hay para estos casos. Nos repelemos mutuamente, y nos hacemos el típico gesto de cabeza de los que no quieren ni verse, pero así, de esa forma, dan el pego. El además emite un sonido gutural. Pienso, quiso decir algo, pero se lo tragó. Ya en el taller, lo típico de un coche de diez años y mas de quinientos mil kilómetros. Le hemos cambiado las dos ruedas delanteras que las tenía ya muy gastadas, la tapa del termostato que estaba rajada y perdía agua, el aceite, el filtro… Son, son…, pásate mañana, revisamos niveles otra vez y te suelto la mosca.

Ya en casa, la cargante de la vecina, ¡mira que es pesada!. ¿Qué que tal? Bien ¿Qué donde está la parienta?, que la quiere felicitar. Pues en la peluquería para celebrarlo, le digo a mala hostia. Y ya está cayendo la tarde, y repasas lo que has hecho en el día. No te salen las cuentas, cuatro tonterías de nada, y has vuelto a hacer lo de siempre, pasar cosas de hoy para mañana, que será otro día al que esperas venga más de cara. A saber, el fontanero por la avería de los suegros; acabar la correspondencia pendiente; empezar a preparar al menos dos escritos que tienes retrasados; corregir el reglamento de la marca colectiva; el famoso tablero de haya en bruto que luego tienes que camelar al carpintero para que lo prepare; los planes para la reunión de Barcelona con los gabachos… Os prometo que no me aburro. En este asunto ocupacional cumplo sobradamente con las prescripciones.

El blog, piensas, está bien, vas haciendo en él una especie de diario, con comentarios de variada índole, anotaciones, chascarrillos, etc., pero falla en una cosa: los destinatarios y usuarios del otro lado, no se implican, te hacen llegar muy pocas opiniones. En ese sentido es algo desalentador. Habrá que ingeniárselas para mejorar este asunto de la participación.

El próximo comentario, también en tono cabreado, lo tengo reservado a la Ley Electoral de Castilla-La Mancha, este raro engendro de Comunidad Autónoma en la que vivo, trabajo, sufro y pago impuestos desde hace veintitrés años.

lunes, 15 de octubre de 2007

Chistes de médicos

El hipocondríaco
Un hipocondríaco va al médico y le pregunta:
- Doctor, mi mujer me traicionó hace una semana y aún no me han salido los cuernos. ¿Será falta de calcio?

Vasectomía
Un hombre va a ver al urólogo y le dice que quiere hacerse una vasectomía.

El doctor le dice que es una decisión muy importante, y que si lo ha comentado con su esposa e hijos, y el señor le contesta que sí, que votaron 17 a 2.

Lo que dice el doctor
Una enfermera está empujando una camilla. El paciente está palidísimo, con cara de pánico total, y le pregunta casi llorando a la enfermera:

- Por favor, ¿me podría llevar a urgencias?

- Ya le he dicho antes que ¡¡NO!!. Si el doctor dice que va al depósito de cadáveres, usted va al depósito.

La plaquita
En el consultorio, el paciente le muestra a su médico los resultados de sus análisis. El médico los analiza con cara de preocupación y le dice el paciente:
- Vamos a tener que mandarle a hacer una plaquita...
- ¿De tórax, Doctor?
- Nooo .... de mármol.

Lifting
Una paciente se lo hace estirar todo: la nariz, la piel de la cara, etc.
Finalmente, el cirujano le pregunta:
- ¿Desea la señora algo más?
- Si. Quisiera tener los ojos más grandes y expresivos.
- Nada más fácil, señora. Enfermera: traiga la cuenta, por favor.

Con el pediatra
Una mujer lleva a un bebé recién nacido al doctor. La enfermera los hace pasar al consultorio. Cuando el médico se presenta, examina al niño, lo mide, lo pesa y descubre que está por debajo del peso normal. Pregunta si lo alimenta con biberón o con pecho materno.

- Pecho materno, - responde la señora.

- Por favor señora -dice el doctor-, descúbrase los pechos.

- La mujer obedece, y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen detallado. Luego le indica a la señora que se cubra y le dice:

- Con razón el niño pesa poco señora, usted no tiene leche.
- Ya lo se. Soy su abuela, pero estoy tan contenta de haber venido!!!

El Odontólogo
Una anciana va su odontólogo y le dice:

- Vengo a que me saque los dientes...

- Pero señora, si Vd. no tiene dientes.

- Si doctor, acabo de tragármelos.

sábado, 13 de octubre de 2007

La última semana ha sido mala

La última semana ha sido mala. Me he encontrado casi todos los días con molestias y dolores estomacales, con gases… El martes acudí al doctor, que tras hacerme una exploración de tórax, espalda y vientre, me dijo que lo que está sucediendo es normal, la reacción lógica del organismo a las sesiones de quimioterapia y al tratamiento contra la hepatitis, que tenga calma, que todo se va desarrollando según el protocolo y que hay que dar tiempo al tiempo.
Las analíticas empiezan a mostrar mejoría en los diferentes marcadores hepáticos alterados. No sabemos nada del linfoma. Para dentro de diez días está programada la siguiente sesión, y en noviembre, un nuevo PET-TC, la “fotografía de cuerpo entero” que aportará información sobre la actividad metabólica, en este caso, del linfoma.

Desde el inicio de mi enfermedad allá por el mes de julio y la intervención de extirpación de los ganglios cervicales, que tras su análisis arrojaron el diagnostico conocido, me he hecho un habitual del hospital, al que acudo semanalmente varios días. No me gustan los hospitales. Según voy conociendo el sistema sanitario que tenemos, que creo sólo se diferencia en el acento y su nombre, dependiendo de donde vivas, más pánico me da. Llevo mal la cantidad de tiempo que nos hacen perder en esperas interminables para todo, el trato deshumanizado a los pacientes, la burocracia y el papeleo. Me han visto ya cinco o seis especialistas. El último de digestivo, tras leer el informe clínico que le entrego, me dijo que le parecía bien ponerle cara a un paciente del que desde hace semanas tenía referencias en su servicio por la complejidad de su enfermedad y tratamiento. ¿Qué pensar de este tipo de comentarios?. ¿Lo hace para hacerse el gracioso, para mostrar que lo tiene todo controlado o que no tiene ni puta idea de lo que tiene entre manos?.

No es que no me fíe, pero creo que determinadas actitudes y comentarios deberían ahorrárselos. La mayor parte de ellos son jóvenes profesionales, entiendo que perfectamente capacitados, con brillantes expedientes y con un importante bagaje en experiencia. Pero hay una cosa que no conocen que se llama empatía, fundamental para que el paciente se encomiende plenamente, se sienta seguro. Los médicos que conozco no se mojan, mantienen una actitud distante, de escasa implicación con el paciente y huyen de los pronósticos. Esto y la opinión de algunos conocidos que han pasado por circunstancias parecidas me han inclinado a solicitar otro diagnóstico. Estoy convencido. Lo voy a hacer. Esperaré hasta el mes de noviembre cuando se disponga de más información sobre la evolución de la enfermedad. Con ella y con el conocimiento de los especialistas que me atienden, buscaré la opinión de otros profesionales que confirme o contradiga mi situación y el procedimiento médico que sigo.

domingo, 7 de octubre de 2007

Sábado en la noche

Gracias por la velada con la que me habéis obsequiado hoy.
Gracias Picalla por estar a mi lado y quererme.
Gracias Ana por poner el punto sobre la i.
Gracias Fili porque siempre estás ahí.
Gracias Charo por tu voluntad de complacer.
Gracias Willy por tu gracia e historias hilarantes.
Gracias Marga por estar pendiente.
Gracias Manolo por saber escuchar.
Gracias Felipe por seguir sorprendiéndome.
Gracias jóvenes porque las almejas a la marinera estaban de rechupete.
Y mil gracias Olga, cocinera de campanillas, has preparado un asado de costillas de cerdo y castañas, sencillamente espectacular.

sábado, 6 de octubre de 2007

A disfrutar de la Naturaleza en otoño

Os comentaba hace unos días que todo hace prever que esta otoñada va a ser buena para la recolección silvestre de setas y hongos, asunto que confirma también desde Ciudad Real, mi buen amigo y colega Bienvenido Amorós, muy aficionado, además de a otros muy agradables placeres de la vida, a la micología. Me dice, y eso espero, que saldremos a por boletos, lepiotas, níscalos, amanitas, etc., que luego guisaremos y comeremos regadas con un buen vino. En lo primero y el yantar de acuerdo, aunque yo tendré que regar con agua, pues el alcohol lo tengo vetado durante el tratamiento.

Por lo que conozco de la mitad occidental de la provincia de Toledo, digamos aguas abajo del río Tajo desde Toledo capital, hay muy buenos parajes naturales para la práctica micológica, actividad por otro lado, no muy extendida y limitada a grupos de expertos y aficionados organizados en Talavera de la Reina, que celebran algunos años Jornadas de recolección, identificación y degustación en la Sierra de San Vicente. Un saludo desde aquí para Fernando Cámara, artífice de esta actividad y coautor de un interesante manual titulado Las Setas de Castilla-La Mancha, setas de otoño y primavera (2005). También me consta que en la zona de La Jara, y dependiendo de la bonanza de los años, hay una cierta actividad económica en torno al niscalo, la especie más buscada y recolectada.

En nuestra zona de vega, en arboledas, pinares y bosque mediterráneo, bajo encinares y alcornocales, fructifican una quincena de especies de interés culinario (amanita cesárea, colmenillas, las distintas especies de boletos comestibles, las lepistas de pié azul y violeta, el champiñón silvestre, la seta de cardo, etc.).

Algunos consejos

Es necesario recordar que la práctica de la micología entraña riesgos que no hay que olvidar y compromisos que respetar. Los primeros, que existen especies tóxicas y venenosas, que son fácilmente identificables y desechables. Los segundos, conocer que las setas juegan un papel fundamental en los ecosistemas, descomponiendo sustancias que son asimiladas por otros organismos, y que con su labor cierran el ciclo de la materia orgánica y permiten la vida en el bosque.

La recolección de setas, si se practica de forma agresiva y sin tener en cuenta una serie de recomendaciones, puede resultar muy perjudicial para el medio ambiente. Debe saberse que sólo deben utilizarse navajas o cuchillos de hoja corta para cortar los ejemplares adultos siempre desde la base. No se deben utilizar herramientas que escarben el terreno, como ganchos, azadas u hoces, evitando remover el terreno para que el suelo permanezca intacto.

Importantísimo que en el transporte de las setas recolectadas se empleen cestas de mimbre que favorecen la dispersión de las esporas por el suelo del monte y garantizan una buena campaña el año siguiente. Las bolsas y cubos de plástico impiden esta dispersión. También hay que respetar los ejemplares pequeños y no se deben destruir las setas que no se conozcan.

viernes, 5 de octubre de 2007

martes, 2 de octubre de 2007

Ya llueve

Ayer y hoy han sido días pasados por agua. No han sido lluvias muy abundantes, pero que si han regado alegremente las tierras de toda la comarca y de otras provincias limítrofes. Hacía falta ya este agua, aunque como dice el refrán, "nunca llueve a gusto de todos". Buena para la sementera de cereal, para el olivar, prematura y perjudicial para los que aún no han recogido las cosechas -maíz, algunas hortícolas-. El agua que nos cae del cielo es dinero y es vida. No está siendo un año seco. No han sido malas las precipitaciones del invierno y primavera pasadas. Llovió en agosto como lo predijo con seis meses de antelación nuestro metereologo local, Máximo Pichorra, que basa sus predicciones casi siempre acertadas en la observación de las cabañuelas. Lo que a mi y a los aficionados a la micología nos interesa es que siga lloviendo, de forma suave, que se mantengan las temperaturas, y en pocas semanas tendremos el placer, el gran gustazo de poder salir al campo a recolectar los primeros ejemplares de setas y hongos silvestres. El año pasado se pudieron recoger durante casi todo el mes de diciembre hasta la llegada de los frios y bajas temperaturas de enero. Esta otoñada pinta bien. Esperemos no se tuerza.