Virus
Una especie de virus me ha atacado en los últimos días
impidiéndome cumplir con la tarea de escribir las entradas del diario del estío,
que ahora por culpa de ese miserable organismo, van retrasadas. El muy
sinvergüenza me ha bloqueado la iniciativa, bombardeado con emisarios corruptos
las ideas que iban surgiendo, ha atacado mis defensas, consiguiendo que durante
días haya estado a punto de tirar la toalla y dejarme llevar por la desidia y el
abandono que pretendían conseguir sus huestes.
Pero yo creo que ahora han cambiado las porfías, y con la
normalización de las presiones atmosféricas, todo vuelve a su cauce y los
invasores se retiran en huida hacia sus defensas, sin haber conseguido el
objetivo que perseguían. ¡Que se jodan! Grita el director del vocero de la
derecha recalcitrante, sin saber que soy yo, y que los que se retiran son los
suyos, sus correligionarios, una jarca de híbridos, replicas y mutantes, que al
ver mis credenciales que acreditan que estoy nuevamente limpio, desisten, pues
no saben por dónde atacar, ya que suelen utilizar los flancos débiles y
enfermos, más propensos a presentar poca defensa.
Se retiran pero no sé por cuánto tiempo. Seguro que volverán
con nuevos bríos y estratagemas, para las que oportunamente empiezo a
prepararme. Mientras tanto, a descansar algunas jornadas de tanta tensión y
abatimiento, y recobrar fuerzas, que hoy de nuevo han hecho acto de presencia y
han sido bien recibidas, como se merecen.
Como he podido ir comprobando esta ponzoña está presente en
todos los lados, en cualquier momento aparece en una esquina, llevándose por
delante a una motorista. O se deja caer en forma de bloque de hormigón con púas
metálicas en una apacible bahía. O en palabras delata a aquellos que recuerdan
el oscuro pasado como un castigo merecido hacia los perdedores. O el veneno que
portan se reencarna en aguilucho y saludo fascista. ¡Qué tremenda versatilidad!
Ahí radica su violencia y peligrosidad, que también tenemos entre nosotros, y a
nada que prestemos atención se percibe.
Pero esto no puede durar eternamente, algún día tienen que
cambiar las tornas y volver las cosas a su sitio lógico y común. ¿O no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario