
Hace unos días recibí esta historia-moraleja que dice más o menos así:
En una noche de tormenta estás conduciendo un automóvil de dos plazas. Pasas por una parada de autobús donde se encuentran tres personas esperando: Una anciana enferma, un viejo amigo que una vez te ayudó en un problema, y la mujer de tus sueños, o tu hombre ideal.
¿A quién llevarías en tu automóvil, habida cuenta que sólo tienes sitio para un pasajero?. ¿Qué alternativas tienes?. Podrías llevar a la anciana, porque está enferma y necesita atención sanitaria urgente; o podrías llevar al amigo, ya que te ayudó y estas en deuda con él. Sin embargo, posiblemente, nunca vuelvas a encontrar a la mujer de tus sueños, o tu hombre ideal.
Éste dilema ético y moral es utilizado como problema a resolver por parte de candidatos-as a puestos de trabajo en entrevistas de empresa. En una de ellas, un aspirante fue contratado, de entre muchos candidatos-as, por su contestación. Respondió que le daría las llaves del coche a su amigo, y le pediría que llevara a la anciana al hospital; mientras tanto, el se quedaría esperando el autobús con la mujer de sus sueños.
Esta ficción nos enseña que debemos prestar más atención a lo que hacemos o decimos, y también a que los problemas planteados correctamente, tienen bastantes posibilidades de ser resueltos de forma práctica.
En una noche de tormenta estás conduciendo un automóvil de dos plazas. Pasas por una parada de autobús donde se encuentran tres personas esperando: Una anciana enferma, un viejo amigo que una vez te ayudó en un problema, y la mujer de tus sueños, o tu hombre ideal.
¿A quién llevarías en tu automóvil, habida cuenta que sólo tienes sitio para un pasajero?. ¿Qué alternativas tienes?. Podrías llevar a la anciana, porque está enferma y necesita atención sanitaria urgente; o podrías llevar al amigo, ya que te ayudó y estas en deuda con él. Sin embargo, posiblemente, nunca vuelvas a encontrar a la mujer de tus sueños, o tu hombre ideal.
Éste dilema ético y moral es utilizado como problema a resolver por parte de candidatos-as a puestos de trabajo en entrevistas de empresa. En una de ellas, un aspirante fue contratado, de entre muchos candidatos-as, por su contestación. Respondió que le daría las llaves del coche a su amigo, y le pediría que llevara a la anciana al hospital; mientras tanto, el se quedaría esperando el autobús con la mujer de sus sueños.
Esta ficción nos enseña que debemos prestar más atención a lo que hacemos o decimos, y también a que los problemas planteados correctamente, tienen bastantes posibilidades de ser resueltos de forma práctica.