
Cuando emprendí mi particular viaje a Ítaca, supuse una singladura llena de aventuras, éxitos y fracasos, temporales y calmas. Pero no pretendo riquezas y tesoros al llegar a esta isla, mi fortuna será el conocimiento y la amistad surgida en la travesía. Espero continuéis acompañándome en esta travesía.
¡ Feliz solsticio de invierno 2008 !