Hospitales
Los hospitales están llenos de gente variopinta, así como
somos. Personas que acuden a ellos a realizarse todo tipo de pruebas
diagnosticas, consultas, etc., para determinar su estado de salud, dolencias o
comprobar la evolución y efecto de un tratamiento o terapia.
Este sistema universal que funciona desde hace tiempo y que
ha permitido atender a millones de seres que en algún momento de su vida han
necesitado atención médica, está ahora en grave peligro de continuidad y riesgo,
por los recortes económicos y privatizaciones que se están produciendo en el sistema
de salud pública.
A los que de esta forma opinamos, nos acusan de que pleiteamos
cantidad, que está en contradicción con los recursos limitados disponibles en
tiempos de crisis. Pero eso no es así. Lo que demandamos muchos usuarios es
calidad, una condición que disminuye a pasos agigantados a medida que se
eliminan puestos de trabajo, se cierran servicios en hospitales, se recortan prestaciones…
De no invertirse la tendencia actual perderemos para siempre unos niveles de
bienestar social y atención jamás conocidos en nuestra sociedad, y estaremos
abocados a que solo accedan a esos servicios, los que dispongan de medios económicos
para costeárselos.
En términos absolutos es una tragedia la que tenemos encima,
comparable a la que sufrimos todos los años con los incendios forestales que arrasan,
por falta de limpieza, cuidado de los montes y acción de pirómanos, muchísimas
hectáreas; o la exclusión social que padecen un número creciente de personas; o
el paro y la falta de futuro para nuestros jóvenes; o la pérdida de valores
fundamentales en nuestra sociedad; o la inestabilidad y crisis de confianza de una
gran parte de los ciudadanos hacia las instituciones democráticas…
Todo ello nos está llevando a un callejón sin salida, a un
futuro sin futuro, a la incredulidad absoluta en todo lo que somos y nos rodea.
El sistema ha fracasado estrepitosamente y no tiene regeneración posible.
Un niño juega en la sala de espera de radiología pediátrica del
hospital. Para que se entretenga le han sacado una caja de cartón llena de
juguetes, que va investigando y probando. Está absorto, concentrado en el
juego, y aislado de lo que le rodea. Los adultos tendremos que hacer algo
similar, probar y ensayar nuevas fórmulas a lo que tenemos y no sirve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario