Aditivos alimentarios
El ajo y la cebolla,
el hombre los descubrió y condimentos los nombró.
Los colorantes los
inventó, y en buen lío nos metió. Dra. Paula J. Fonseca.
Pone los pelos de punta conocer la cantidad de aditivos
alimentarios que se utilizan en nuestra dieta y el potencial carcinógeno
comprobado de algunos de ellos. Los aditivos están regulados y autorizados por
la UE tras pasar exhaustivos controles que certifican su inocuidad, pudiendo
ser usados en las dosis permitidas.
Los aditivos se añaden tanto a alimentos sólidos como a
bebidas para conseguir una mayor conservación de éstos durante más tiempo y también
mejorar sus cualidades organolépticas (sabor, aroma, textura, color). De los
casi 400 aditivos autorizados en España son usados únicamente unos 125. Una
parte de ellos son de origen natural (almidón de maíz, lecitina de soja, etc.)
y el resto son sintéticos como los colorantes.
Todos los alimentos que los lleven deben identificarlos en
sus etiquetas designándose por la letra E seguida de 3 o 4 dígitos.
Los más usados son:
Antioxidantes que
evitan el “enranciado” de los alimentos por exposición a la luz, el aire o el
calor. Ejemplo de ellos es el E-300 o ácido ascórbico que está presente en los
zumos de frutas; E-306, tocoferoles, un tipo de vitamina E, utilizado en
repostería, y el E-338, fosfatos que se utilizan en derivados cárnicos.
Los conservantes mantienen los alimentos más tiempo evitando la
aparición de mohos. E-200 o ácido sórbico, E-220 o sulfitos, E-230 o bifenilos.
E-249-252º nitritos y nitratos que se utilizan en productos cárnicos curados y
poseen alto poder carcinógeno y relación directa con el cáncer de estómago,
E-260 o ácido acético que se encuentra en el vinagre y se utiliza en las conservas
de pescado y panadería.
Los colorantes
mejoran el aspecto estético de los alimentos no influyendo en su conservación, usándose
en golosinas y aperitivos. E-124 para la tinción roja, E-131 para tinción
azulada, etc. Pueden provocar alergias si son consumidos habitualmente.
Edulcolorantes son
usados para endulzar alimentos light y
de diabéticos. E-954 o sacarina, E-951, aspartamo o E-420, sorbitol.
Potenciadores de
sabor. Se utilizan para reforzar el sabor de los productos concentrados
como los cubitos de caldo, las sopas de sobre, aliños, etc. El más frecuente es
el E-621 o glutamato monosódico.
Algunos de estos aditivos, consumidos en altas dosis, han
sido relacionado científicamente con algunos tipos de cáncer. Hay que evitar
consumir alimentos que contengan conservantes como el E-230, E-231, E-232,
E-239, E-284, E-249 y E-250.
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