Incendio de Almorox (Toledo) |
Pirómano
Hoy estoy más cansado que un galgo después de unas carreras
tras una liebre. El día ha sido malo, malo con avaricia. Para empezar me he
desayunado con el retraso de hora y media en la consulta. Estaba citado a las
nueve y he entrado a las diez y media. Después no he podido solicitar las citas
de las pruebas que tengo que hacer, la tarjeta de desplazado está caducada y
tendré que solicitar la definitiva otro día.
Después en la tienda de electrodomésticos más espera hasta
poder comprar el aparato de TV para la casa de Madrid. Luego la afanosa
búsqueda de aparcamiento, al final en zona azul y no olvides estar pendiente, que
no se te pase la hora límite, pues te caen encima igual que aves carroñeras.
Los portes de bolsas y trastos del coche a la casa y viceversa. Y luego la
apoteosis en la ferretería del barrio. Mira que lo he pensado antes: Te van a
clavar. Todo sea por apoyar al pequeño comercio. Pero no, esto es puro abuso y
estafa consentida. Ocho metros de cable de TV, dos conectores universales, una
bombilla y dos cuñas-calzas de plástico, veintidós euracos. Estaba ya en ese
momento tan quemado, que no he deparado en la cantidad. Luego dándole vueltas he
caído del guindo. Pero si tenías al lado un chino,
donde te habría salido todo por la mitad del precio pagado o menos. Bueno, los
bazares chinos también se las traen con la calidad y otros asuntillos, que no
son menores.
Como no quería entretenerme más de la cuenta comiendo, me he
ido a la tienda exprés. Había bastante oferta de platos preparados, pero no
quería hacer cola, así que he pillado un emparedado vegetal y una bandeja de dos
frutas preparadas y troceadas. La piña estaba buena, pero el kiwi era pura
madera ácida. He hecho lo que no hay que hacer, comer en diez minutos, deprisa
y corriendo, para poder seguir y acabar pronto. A las cinco ya estaba todo terminado
y funcionando. Me he ido camino del Sur, al hospital. Buenas noticias. Los
enfermos progresan y la operación ha salido bien, lo que es un alivio a tantos
días de malas noticias y tensión. Que todo en los próximos días siga así y no
se tuerza.
La vuelta, el regreso a casa, normal y sin sobresaltos. A lo
lejos, a la derecha de la carretera, entre los valles de las estribaciones de
Gredos, por tierras de Madrid y Toledo, se podía ver todavía el humo del último
incendio, parece que provocado, que ha afectado a cerca de 1.500 hectáreas de
pastos y monte bajo en el término de Almorox. Que impulsa a un pirómano a pegarle
fuego al monte, qué puede pasar por su cabeza en esos momentos: placer,
venganza, liberación. No sé lo que será pero son personas enfermas, peligrosas,
para las que la vida natural y humana no tiene ningún valor, ya que con sus
actos lo que persiguen es la destrucción.
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