Todo es grande, inmenso, en esta ciudad de 22 millones de almas, maqueada de Occidente. La gran arteria que la recorre, la de la plaza de Tiananmen, la de la Ciudad Prohibida, la de los desfiles y paradas militares, tiene 38 km de longitud. A pesar de que está amaneciendo, son algo más de las cinco de la mañana, hay gente y movimiento por doquier. Según avanza la jornada aumenta el bullicio.
Lunes negro. Perdemos un concejal. Ganan la derecha y los independientes, que rentabilizan nuestro trabajo de los últimos años. ¿Es el pueblo sabio? Gana la derecha en la Región. ¿Qué nos espera a las cooperativas agroalimentarias en estos próximos años?
Salgo a caminar para descargar el enfado, me encuentro una ciudad todavía más cercana, más obscena. Aquí también cuecen habas. El pueblo soberano faena, va a trabajar, se mueve. Disciplina y mugre.
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