¡¡¡ Cospedal dimisión !!! |
Cospedal, dimisión
Según avanza el verano, la luz y la tonalidad de los días va
cambiando. Se atenúan los brillos y los colores se hacen más nítidos. Las
noches se alargan y los días menguan. Amanece más lentamente, y el Sol rápido
se esconde, y pronto se hace noche cerrada.
Hoy la tenemos fresca y calma, como las de los últimos días –se
agradece-. Algún grillo chirría no muy lejos, pero sin saber con certeza dónde
está, por aquello de que la longitud de onda de su canto es similar a la
distancia que hay entre nuestros oídos y de ahí la dificultad para ubicarlos. Además
de los mitos y leyendas de estos insectos, lo que más me gusta de ellos es que
sirven para calcular
la temperatura ambiente. Nunca te acostarás sin saber algo más.
Hoy ha sido un día de transición, entre el fin de semana
feriado y con sabor a ajo, y los próximos días, comienzo de las vacaciones para
mucha gente. A mí todavía no me corresponden hasta que no se aclare la
evolución sanitaria de los pacientes familiares. Todo llegará. Mañana por de
pronto, tengo que acudir a Ciudad Real, donde estoy citado para hacer la prueba
nuclear periódica –que raro suena-. Te inyectan glucosa y un compuesto de fluor
como marcador. Esperas una hora en una habitación gélida, arropado con una
manta maloliente, y luego veinte minutos de tubo para la imagen que obtienen
mediante la técnica llamada tomografía
por emisión de positrones (PET), en la que se si existen, se pueden
observar las acumulaciones de glucosa en las zonas tumorales, que son muy habidas
de esta sustancia.
Sales zombi de la prueba, con hambre pues llevas unas horas
de ayuno, con la advertencia de que no te arrimes a embarazadas y niños
pequeños, y mirando de reojo la aguja del detector de radiación, que a tu paso,
pega un brinco hacía arriba. A beber mucha agua en las próximas horas para así
eliminar por la orina el puñetero isótopo. Nada que no conozca. Ya son unas
pocas la que me he hecho desde el diagnóstico del linfoma. Luego a esperar los
resultados en consulta a mediados de mes, y seguir p´alante. No queda otra.
El miércoles a Madrid de nuevo a burocracia relacionada con
la salud y citas hospitalarias pendientes. Y a la vuelta, parada obligatoria en
Toledo, a pegar cuatro voces pidiendo la dimisión de la delfina y reinona Cospedal.
Va a servir de poco, pero menos aún sería estar de brazos cruzados y
complacientes.
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