Drag king
Dentro de algunas de las actividades asociativas en las que
participo, no sé todavía muy bien cómo calificar lo sucedido esta tarde.
Resulta que me he enterado de casualidad que se reunía la
asociación de vecinos, a la que pertenezco, que no me había citado para la
ocasión. Dice el presidente, por llamarlo de alguna forma, que era una reunión
de carácter informal, y por lo tanto, no se ha convocado a todos los socios, y
digo yo, sólo a los que a él le interesan.
Cuando me he quejado del asunto y he pedido explicaciones de
las razones -si las hay-, por las que tampoco se me ha contestado a la petición
de información que hace algunos días presenté, se me dice que yo lo que voy
buscando es sembrar la desunión y la discordia en la asociación, y que allí están
para trabajar, colaborar y hacer cosas por el pueblo, y lo que yo planteo, son
meras formalidades. Me he defendido y he rebatido las falacias que esconden
esta forma de proceder, que no son ni más ni menos, que la ocultación de la
información e impedir que un socio haga uso de los derechos que le asisten por
pertenecer a un colectivo vecinal.
Luego ha salido, como no podía ser de otra forma, el tema de
la politización. Normalmente este argumento lo utilizan las personas de
ideología conservadora, que cuando ya no tienen recursos para debatir, agitan
el fantasma de la política. “Ya lo que nos faltaba, con lo mal que están las
cosas, para que tu vengas ahora con estas”, me ha llegado a decir uno. De
ninguna de mis palabras e intervenciones se puede extraer que haya manifestado consigna
política alguna, a no ser que sea entendido como tal, reclamar trasparencia,
participación y democracia en la toma de las decisiones, que a mi juicio no
existen en esta asociación, marcada por el personalismo de su presidente.
Y es que invariablemente ellos, que son políticos como todo
hijo de vecino, cuando les tocas la fibra elemental en toda asociación que son el
cumplimiento de las reglas del juego democrático, echan fuego y espumarajos,
porque saben de sobra que los incumplen, y lo que realmente les gusta es la
frase “aquí mando yo y se hace lo que me sale de los cojones”. Y además esas
nimiedades normalmente son cosas de rojos.
Como el asunto se ha caldeado en exceso y no avanzaba, y
recogiendo el guante de uno de los presentes, hemos dejado aparcado el asunto a
otra mejor ocasión. No lo voy a olvidar, y cual mosca cojonera seguiré
insistiendo en él. Luego han estado hablando de sus cosas, que deberían ser las
mías también, pero que no comparto, a saber, el trabajo de voluntariado, sólo
les queda hablar también de la caridad para rematar la faena; de la carroza
para las fiestas, he pensado que se vista el presidente de drag king y la encabece, no estaría
nada mal; y otras tonterías por el estilo, que no sirven para hacer asociación,
ni grupo, ni ambiente de colaboración, ni nada de nada.
Espero que el gran timonel de la asociación no me aplique
los estatutos, como ha amenazado que va a hacer, por mis palabras, que considera
una “falta de respeto”. Si lo hace me voy a divertir un rato.
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