Ingredientes: 2 Conejos camperos (de Villarejo o Malpica, jejejeje); 10 dientes de ajo; 4 ó 5 hojas de laurel; pimienta negra; aceite de oliva; vino blanco; perejil fresco; sal; caldo de carne y cayena (opcional).
Alrededor del año 1965 mi madre, Celia, apareció de la mano de mi padre, Aurelio, por Malpica de Tajo (Toledo). Después de un noviazgo corto, para lo que se llevaba en la época que eran mucho más largos, se casaron en la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Paz en Villarejo de Montalbán (Toledo), su pueblo natal. Llegaron a regentar un bar familiar en las denominadas cuatro calles de Malpica, bar que alcanzó un éxito muy grande, por el trabajo que llevaban ambos a cabo pese a las vicisitudes, y por la elaboración de conejos al ajillo, que como decía mi madre, se hacían a cualquier hora del día, no importaba su estado físico, daba igual, se metía en la cocina y te preparaba un conejo al ajillo espectacular. Recuerdo siempre en la barra del bar junto a la cafetera, dos ollas con conejo, con y sin picante, a gusto del comensal. Recuerdos en blanco y negro, como difuminados, detrás de una cortina de tela, y humeante de esa pequeña cocina reducida, pero que a tantos viajeros y gente del pueblo ha dado de comer. Cuentan que mi padre se levantaba de la mesa y daba su comida a cualquiera que llegara a deshora a comer, y habiendo vivido su bondad, me creo que es verdad, incluso no cobraría aunque fuera su propio negocio.
Cuantos conejos despellejaría y prepararía que hoy no ha querido ni siquiera probar el mío, ni oler, casi ni mirar, pero si me ha dado dos conejos que tenia de mi tío para preparar esta receta en homenaje a los dos, Celia mi madre y trabajadora como nadie, y Aurelio, mi padre, que nos estará viendo desde el cielo y disfrutando de nuestras recetas ya que tenía un buen paladar... Besos papá.
Preparación:
1. Arreglamos los conejos, quitamos la piel y las vísceras primero. Luego partimos con cuidado para no astillar ningún hueso, deben de salir las tajadas perfectas, ya que los huesos son molestos en la salsa.
2. En una olla ponemos aceite a calentar y añadimos los ajos laminados dejando freír hasta aromatizar el aceite.
3. Una vez aromatizado retiramos los ajos y añadimos el conejo friéndolo bien.
4. Cuando tengamos el conejo en su punto añadimos los ajos reservados, perejil fresco picado, las hojas de laurel y la pimienta negra.
5. Regamos con el vino blanco y dejamos evaporar el alcohol.
6. Añadimos el caldo de carne y dejamos hervir a fuego lento para que el conejo se quede tierno. Debemos de tener en cuenta que es campero, si es de granja son más blandos y necesitan menos tiempo de cocción.
7. Si queremos el conejo picante añadimos la cayena o guindilla
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